Ramona y los caballeros del alba viajaron a la iglesia. El sacerdote guerrero los esperó esperaba. Vistió su blindaje y agarró una gran espada. “¿Quién va allá?”
“Su hija, Ramona, y los caballeros del alba.”
“Gran guerrero, me llamo Rogelio. Soy el capitán de los caballeros del alba. Nosotros vinimos para pedir tu ayuda.” Él dijo. “Buscamos la brújula de corazón.”
“Quiero ayudarte, pero no puedo ir contigo. Debo proteger la iglesia. Sin embargo, tengo lo que buscas.” El sacerdote respondió. Quitó una cadena de su cuello. Colgando de la cadena había una pequeña brújula.
“Voy a ir contigo.” Ramona dijo. “Voy a ayudarles encontrar los grandes guerreros y entonces voy a regresar.”
“Bien. Por favor tenga cuidado.” El sacerdote dijo. Dio la brújula a ella. “Esta brújula te apunta donde quieras ir.”
Ramona y los caballeros del alba empezaron su viaje.
¡Qué aventura es este cuento!