El sol le dice la piedrita sobre su amigo. “Su nombre es el carámbano, pero él se llama el carámbanito.”

La piedrita interpone, “¡El carámbanito! ¿Es él muy pequeño como yo soy?”

“!Jaja, sí, mi amiga! Él es muy pequeño y muy fuerte, como tu eres,” el sol le responde a su amiga con orgullo y afecto.

Cuando ella oye el cumplido, la piedrita rueda un par de veces para expresar gracias. Ella quiere creer que ella es fuerte, y está feliz que el sol piensa así.

 La piedrita le dice, “¡Gracias, Señor Sol! Aquí en el desierto, hay muchas piedras de todos los tamaños. Algunos viajan alrededor de encima de la tierra, como yo, pero hay algunos que prefieren quedarse en un lugar porque son tan grandes y pesados y extienden lejos subterráneos. ¡Algunos son tan grandes que es posible viajar por millas y todavía pasar el tiempo con la piedra misma! Me gusta pasar tiempo con todas las piedras en el desierto—son mi familia y me encantan—pero busca a un amigo que sea muy pequeño como yo soy.”